viernes, 1 de febrero de 2013

Gracias


                Como punto final a este semestre, me gustaría dar las gracias, tanto a mis compañeros como a Almudena, nuestra profesora, ya que gracias a ella hemos sido capaces de ver que existe otra forma de enseñar y por supuesto, que somos capaces de aprender.

Estos meses no solo han servido para aprender los contenidos de la materia sobre paradigmas, modelos de enseñanza aprendizaje, elementos del currículum, elaboración de proyectos… sino que también nos han servido para darnos el empujón que todos necesitábamos, el cual nos ha motivado a exigirnos más cada día y ver que entre todos somos capaces de cambiar la realidad que nos rodea. Estas clases nos han enseñado a que debemos demostrar que la juventud no está perdida y que entre todos podemos aportar nuestro granito de arena para mejorar la sociedad.

       “Debemos ver a los jóvenes, no como botellas vacías que hay que llenar, sino como velas que hay que encender”. Roberto Chafar

La evaluación


Como en la última entrada hemos comentado, la evaluación es una parte muy importante en un proyecto.


Para empezar, debemos saber qué es evaluación:
“La evaluación educativa es el proceso sistemático de obtener información para describir, sea algún elemento, sea el proceso, sean los resultados educativos, con objeto de emitir un juicio sobre los mismos, según su adecuación a unos criterios previamente establecidos, y todos ellos en orden a servir de base para eventual decisión educativa” (Cabrera, 1987)

                La importancia de la evaluación recae en numerosos aspectos, como nos dicen Fernández Sierra y Santos Guerra, pero nosotros vamos a destacar principalmente dos:

Sociales. Se evalúan los efectos que ha tenido el proyecto en la sociedad y si los objetivos han sido plenamente cubiertos y a su vez las necesidades detectadas.
Metodológicas. En este aspecto se analiza la forma en que se pone en práctica las actividades y por ello se determina si estas se ajustan al cumplimiento de los objetivos.

Estos aspectos nos ayudan a valorar el propio proyecto, no solo la adquisición de conocimientos de los participantes, sino que también nos permite corregir las dificultades que puedan presentarse, haciendo más eficaz la intervención o ayudando a que próximos proyectos no recaigan en las mismas dificultades.

Existen varios tipos de evaluación según el aspecto en el que nos basemos. Generalmente podemos destacar la evaluación según el tiempo, la cual debe ser continua para ser eficaz. Hay tres momentos esenciales de evaluación:

Evaluación diagnóstica (Antes): nos sirve para obtener información acerca de los sujetos con los que vamos a trabajar, con la finalidad de poder compararlos con los resultados finales.

Evaluación de proceso (Durante): se realiza a lo largo de la aplicación del proyecto, evaluando el proceso de aplicación y analizando los resultados que se van originando. En esta evaluación se detectan también las dificultades y se proponen soluciones.

Evaluación final (Después): como su nombre indica, es la evaluación que se produce al final de la aplicación del proyecto y que nos transmite los resultados obtenidos tras llevarlo a cabo. Los datos obtenidos en esta evaluación se contrastarán con los conseguidos en la inicial para alcanzar una reflexión final de los logros y por tanto de la eficacia de nuestra intervención.
Además de estas tres existe una última evaluación (que casi nunca se lleva a cabo)  que es muy importante, la evaluación demorada, ya que analiza si los resultados conseguidos permanecen en el tiempo.

Según mi opinión, el hecho de que esta última evaluación no se realice, hace que algunos proyectos de intervención pierdan eficacia, ya que uno de los objetivos que todos deberían plantearse es que los conocimientos adquiridos les sean de utilidad al usuario y que pueda aplicarlos en su vida, es decir, que permanezcan los resultados, y eso solo se evalúa con el paso del tiempo.
               




Proyecto de intervención social


Durante varias clases hemos podido conocer las partes que compone un proyecto de intervención social y para aplicar lo aprendido hemos procedido a realizar uno propio en el que plasmaremos nuestros conocimientos y podremos comprobar en primera persona las dificultades que se nos podrán presentar en un futuro como profesionales, ya que esta será una de las labores que tendremos que realizar habitualmente.
Un proyecto de intervención social se divide en varias partes: diagnóstico, planificación, aplicación y evaluación. Nosotros llevaremos a cabo las dos primeras partes a partir de las necesidades que podemos deducir sobre un colectivo determinado a través de la búsqueda de información sobre dicho grupo.


                 En la primera parte, el diagnóstico, se realiza la búsqueda y detección de necesidades, las cuales pueden ser percibidas (manifestadas o no) o no percibidas. Para este colectivo, menores inmigrantes, las necesidades son percibidas y manifestadas las cuales son el motivo principal de que estos jóvenes arriesguen su vida para entrar de forma irregular en nuestro país.

La segunda parte, la planificación, se divide a su vez en diversas secciones, las cuales deben estar muy relacionadas, ya que unas se basan en la información de las otras y el correcto funcionamiento del proyecto depende de dicha conexión. Estas secciones son:

Fundamentaciónà En este apartado se explicarán las características y necesidades detectadas del colectivo a tratar y se realizará una presentación del proyecto en conjunto. En este caso, nuestro proyecto ese dirige, como se ha nombrado antes, a menores inmigrantes que llegan a nuestro país de forma ilegal. En este apartado se exponen qué necesidades presentan y cuáles son las que se van a trabajar en el proyecto para su satisfacción (necesidad formativa, apoyo emocional, establecer nuevas relaciones sociales…).

Objetivosà Esta parte del proyecto enumera los propósitos que se quieren conseguir con este modelo de intervención.
Existen varios tipos de objetivo: generales, específicos y operativos
                Generales: expresan los propósitos centrales del proyecto.
                Específicos: concretan los objetivos generales
                Operativos: son los objetivos medibles, aquellos que se pueden cuantificar.

En nuestro proyecto, los objetivos irán encaminados desde una perspectiva integradora y educativa, ya que se les facilitarán conocimientos sobre elementos básicos para su completo desarrollo social y personal en nuestro país.

Contenidosà en el apartado de contenidos se explicarán los conocimientos que se pretenden transmitir (similar a los temas en la escuela) y cómo se va a realizar a lo largo del tiempo.
Metodologíaà expone cuáles son las características de la forma de impartir los contenidos, las características de las actividades que se van a llevar a cabo en su aplicación.

Actividadesà a través de ellas, se facilitarán los contenidos que se han propuesto anteriormente, las cuales deben seguir las características que se expresan en la metodología. Las actividades pueden ser de muy diverso carácter, por ejemplo, educativas, lúdicas, sociales, etc.

Recursos y presupuestoà para llevar a cabo un proyecto de intervención social, son necesarios una serie de recursos para realizar las actividades programadas. Estos recursos son de dos tipos.

-Recursos humanos: establece los profesionales que van a participar en la realización de dicho proyecto y las características que deben cumplir cada uno de ellos.
-Recursos materiales: son los bienes materiales que se van a usar para el correcto desarrollo de las actividades (material de imprenta, audiovisual, lúdico, educativo…)

Una vez se conozcan los recursos necesarios para el desarrollo del programa, se establece un presupuesto de los gastos que se van a realizar (precio de los materiales, sueldos de los profesionales y un fondo para gastos imprevistos)

La financiación de estos gastos también puede variar dependiendo del proyecto y quien lo lleva a cabo. Puede ser financiado por el ayuntamiento, el estado, a través de subvenciones, estar a cargo de una empresa privada o por la aportación de los propios usuarios.

Evaluaciónà la evaluación es una parte fundamental del proyecto, ya que es la que analiza si se han cumplido los objetivos propuestos. Dicha evaluación debe ser continua, para así solventar los problemas o dificultades que puedan surgir a la hora de poner en práctica el programa, por eso, según mi punto de vista, debe existir una evaluación inicial, la cual determine el nivel de conocimientos inicial; una continua o de desarrollo, que como antes he dicho evalúe el proceso de aplicación y por último una final, que compruebe la consecución de los objetivos propuestos y el nivel de adquisición de los contenidos establecidos.

                Según mi punto de vista, conocer desde un primer momento cómo elaborar un proyecto de intervención es de suma importancia, ya que esta será una de nuestras labores en nuestro futuro laboral (y próximos cursos) y debemos familiarizarnos con los aspectos importantes que debemos tener en cuenta para ello.

Además de proporcionarnos información sobre la elaboración del proyecto, este trabajo nos ha dado la oportunidad de conocer más a fondo las necesidades y dificultades de un colectivo sobre el que a diario oímos hablar, pero del que no nos aportan toda la información que deberíamos conocer.

                En resumen, la realización de este proyecto me ha enriquecido tanto en el aspecto formativo (conocer cómo llevar a cabo una planificación) como en el aspecto personal, ya que gracias al esfuerzo que ha supuesto tengo más información sobre un colectivo, el cual no conocía tan a fondo y que ha despertado mi curiosidad.